Activistas Jamaiquinos LGBTQ Impidieron que este Pastor Anti-LGBTQ Visitara su País
Steven Anderson, un pastor anti-gay de la Faithful World Baptist Church (FWBC) en Tempe, Arizona, estaba esperando su vuelo en un aeropuerto de Atlanta con destino a Jamaica, donde había planeado una gira de conferencias. Pero un agente en la puerta del aeropuerto le notificó que no se permitiría entrar al país. Él no lo sabía, pero los activistas LGBTQ en Jamaica se agruparon para no dejar entrar al pastor a su país, por sus horribles declaraciones anti-LGBTQ.
En la carta que enviaron los activistas LGBTQ al gobierno de Jamaica escribieron lo siguiente:
Steven Anderson plantea una profunda amenaza para los ciudadanos vulnerables, el estado de derecho, el orden constitucional y la paz social de Jamaica… Anderson predica la violencia y ha alentado a sus seguidores a llevar a cabo sus amenazas violentas…
A la luz de la actual crisis de asesinatos que azota Jamaica, con más de 100 registrados en los primeros 22 días de 2018, el gobierno estaría incumpliendo el deber constitucional de proteger los derechos y libertades de los jamaiquinos si se le permitiera entrar al país a Anderson.
El Southern Poverty Law Center ha puesto a la FWBC en la lista de grupos de odio por sus «creencias o prácticas que atacan o difaman a toda clase de personas, generalmente por sus características inmutables».
En el video que publicó desde su prohibición, Anderson dijo que es un pastor prohibido en Jamaica y que muestra evidencia del «gobierno mundial único» que obliga a Jamaica a ser «pro homosexual» en contra de sus deseos. Él también ha sido expulsado de Botswana, Canadá, Sudáfrica y el Reino Unido.
Anderson es una escoria. No hay otra forma de llamarle. Después de la masacre en el club nocturno Pulse en Orlando, Florida, él publicó un video en el que decía: «La buena noticia es que hay 50 pedófilos menos en este mundo… La mala noticia es que muchos de los homosexuales en el bar todavía siguen vivos, por lo que seguirán abusando sexualmente de los niños y reclutando a niños a su asqueroso estilo de vida homosexual».
También ha pedido a los «gobiernos justos» que maten a pedradas a las personas LGBTQ, llamándola «la cura para el SIDA». En 2009, rezó para que el presidente (en ese entonces) de los EE.UU. Barack Obama muriera y se fuera al infierno.
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