Op/Ed: Experimentar tu Sexualidad Intensa y Responsablemente es Parte Importante de Tu Vida

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Primeramente debes saber que el sexo y la sexualidad son cosas súper distintas, ya que el sexo se enfoca en estructuras y funciones biológicas, mientras que la sexualidad se elige.

Desde mi perspectiva, la sexualidad es el eje de este mundo, no sólo de la Ciudad de México, sino de todo un plano terrenal. Ya sé, seguro piensas que habré fumado algo turbo loco pero si te has conectado con tu sexualidad te has conectado con tu “yo espiritual”, tu mente y tu cuerpo han hecho clic; te lo explico más adelante.

Según la RAE (Real Academia Española), el sexo es “la condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y las plantas”. Según la Wikipedia “En biología, sexo es el conjunto de las peculiaridades que caracterizan los individuos de una especie dividiéndolos en masculinos y femeninos, y hacen posible una reproducción que se caracteriza por una diversificación genética”.

Éstas son sólo definiciones que surgen de una etimología. Lo que te voy a contar es acerca de la sexualidad, en particular de la mía con la finalidad de que comprendas y elijas la propia sin miedo.

Mi sexualidad siempre ha sido una paradoja, ya que en su situación más pura ha sido cool pero cuando la he desvirtuado de su esencia se ha vuelto muy peligrosa, aunque no ha dejado de ser cool, (jaja).

La he vivido haciendo justo lo contrario a lo que social y religiosamente se encuentra establecido, es decir, todo eso que me han dicho que no haga pero que me ha funcionado de muchas maneras. No estoy diciendo que lo hagas o siquiera lo intentes, porque a lo mejor mi ecuación, mi fórmula y mi resultado sólo me sirven a mí.

El Budismo dice que la sexualidad “mantiene en equilibrio el cuerpo y la mente”. O sea, que es natural y está chido (mexicanismo utilizado como calificativo de bueno) llevarla a cabo.

Mi sexualidad la mantengo solo, la mantengo en pareja, la mantengo con amigos, la mantengo con mi familia incluso (no por incesto ni violación); hablo de que soy abiertamente gay y puedo exponer mis experiencias en temas tabú frente a mis padres, tíos, sobrinos, abuelos, etc, sin ser mal visto; sé que hay muchas personas que aún no pueden expresarse igual que yo en este país, por eso lo menciono; la mantengo al pertenecer a una comunidad “incluyente”, la Comunidad LGBTQ, que me apoya y respeta, la mantengo en todos lados. La uso al momento de tuitear o al grabar un vídeo, también cuando salgo al antro o simplemente cuando abro una app de ligue porque tengo ganas de compartir mi cuerpo con el de alguien más, así sin restricciones, sin buscar relaciones a largo plazo y sin pensar que soy promiscuo ni malo. También lo hago cuando estoy con mis amigos, porque con ellos vivo momentos inolvidables, momentos de amor y confianza, donde sabemos que puede haber placer pero existe la responsabilidad de cuidarnos entre todos.

La sexualidad no debe ser mala, se concibe así porque religiones, medios de comunicación, industrias y gobiernos lo imponen. Como dije, ¡es una decisión!

Actualmente vivo mi sexualidad al máximo porque me he quitado estigmas de los que he hablado y por los cuales, en muchos momentos viví peligros o conocí casos de amigos muy cercanos que también los vivieron.

Sí, lamentablemente hay una versión mala sobre lo que significa tener una sexualidad, no sólo en la Ciudad de México, sino en México y en el mundo. Pero regresemos a mí, abrirme ante una comunidad, una sociedad y una vida, me llevaron a conocer los peligros del alcohol, las drogas, la prostitución, el sexo sin protección, la discriminación, entre muchas otras cosas de las que ahondaré en otros artículos (y en los que espero puedas encontrar un apoyo si es que lo necesitas).

¡Ojo, no estoy satanizando la sexualidad! Sin embargo, adentrándonos en pozos más oscuros, se sobrepasan límites, tan sólo porque vivimos en una cultura donde la sexualidad es libre y sin censura pero a la vez castigada por caer en el pecado y romper las leyes.

Yo, así como muchos niños y adolescentes, fui arrojado a la sexualidad desde pequeño (10 años), donde la publicidad y los programas de tv, así como las letras y vídeos musicales de mis artistas favoritos, incluso las noticias, me impusieron para tener un valor. Donde sólo ha habido binariedad porque si quiero ser parte de otra cifra, la cifra de las “T” (Trans), debo ser deplorado. Un lugar en la pirámide social donde me inculcaron que sólo debe practicarse el coito cuando hay una relación de monogamia, ya que la promiscuidad es mala.

Conforme fui creciendo vi cómo la vida misma envía a los jóvenes a la guerra, al infierno disfrazado de placer. Porque te muestra demonios que te hacen perder la cabeza como el alcohol, que te hacen sentirte como un Superman sexual con ciertas drogas, en el que te fijan un precio de acuerdo a un estilo de vida o un cuerpo o un bello rostro, donde existen cosas aún peores como las ITS’s, cualesquiera que sean.

Entre más crecí, más me daba cuenta de que un cuerpo fit me obsequiaba más placeres, que entre más macho parezcas mayor atractivo sexual tienes, que entre más guapo eres más vales para cualquier industria, y así sucesivamente. Esto desvía la atención sobre la sexualidad. Hace que consigas cosas como dinero a cambio de relaciones, porque si quieres seguir perteneciendo, debes afrontar los peligros que la sexualidad ofrece y uno de ellos éste último. Recuerda que eso ya existía pero estamos viviendo un boom en el que podemos cambiar los paradigmas y crear nuevas reglas.

No digo que todos esos fueron mis caminos, ni que me arrepiento de los que sí son míos. Mejor los escribo para que observes que hay muchas opciones, que a algunos nos han funcionado, pero hay muchos más a los que no, y que se han convertido en parte de las estadísticas de mortandad por crímenes de odio, violaciones, trata de personas, etc.

Sólo quiero exponer que la sexualidad de los jóvenes, sobretodos los jóvenes mexicanos, sean parte o no de la comunidad ‘LGBT, se debe abrir a la información, evitando que rebasen los límites y exponiéndose a peligros innecesarios.

En fin, si llegaste hasta aquí es porque, tienes en cuenta que la SEXUALIDAD SE VIVE CON INTENSIDAD, así como lo recalcan mis letras, en mayúsculas, negritas y subrayado. Porque esa intensidad es la que te hace comprender que practicarlo responsablemente y con amor, abrirá tu mente y espíritu y los conectará con tu cuerpo terrenal.

La sexualidad es un lenguaje universal.

Si pierdes miedo a la sexualidad te abres a la vida, si no la respetas ni respetas a otros seres sexuales y sexuados podrías estar cavando tu propia tumba.

 

Imagen destacada de franckreporter via iStock

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