Parte de Conocerte a Ti Mismo Incluye Conocer tu Estado de VIH
Las personas te alientan constantemente a «Conocer Tu Estado». De hecho, ese es el tema del Día Mundial del VIH de este año. Se ha convertido en uno de los estatus de salud que todos debemos conocer, como nuestro índice de masa corporal, nuestra huella de carbono y nuestro puntaje de crédito. Pero, ¿qué significa realmente conocer tu estado y cómo afecta nuestras vidas?
Obviamente es una buena idea conocer tu estado de VIH. Pero para muchas personas es mucho más fácil decirlo que hacerlo. ¿Y es suficiente solo conocer tu estado o hablar de lo que descubres es igual de importante?
Para muchos hombres homosexuales, la prueba del VIH es una de esas experiencias comunes que se ha convertido en un ritual cultural, como ir a la Marcha del Orgullo, ir al bar gay u oler poppers. Y las pruebas en los Estados Unidos se han transformado radicalmente en los últimos 30 años. Cuando me hice mi primera prueba a principios de los 90, tuve que esperar dos semanas completas para obtener los resultados. Esas dos semanas fueron agonizantes. Intentava lo que fuera para no pensar en ello, pero no podía parar. Trataré de prepararme para lo que haría si los resultados fueran positivos. Pensé que lo tendría todo resuelto para cuando el resultado diera positivo. Pero, me equivoqué.
En 1996 me hice la prueba del VIH y rápidamente me di cuenta de que ninguna preparación me tendría listo para un diagnóstico de VIH. Tuve la experiencia única de tener un resultado positivo justo antes de que el cóctel de proteasas revolucionara el tratamiento del VIH, permitiendo que todos vivieran vidas largas y saludables. Me dijeron que tendría suerte si lograba llegar a 15 años, y luego, dentro de un año, me dijeron que probablemente viviría mucho tiempo. Fue un latigazo en cámara lenta.
Ese conocimiento de mi salud, incluso en los momentos más oscuros, me permitió tomar el control. El miedo era esta presencia ominosa que se cernía sobre mí durante el tiempo que esperabami resultado de VIH. Pero saberlo fue el mejor antídoto contra el miedo. El conocimiento me ayudó a determinar el curso de mi vida, ya fuera que me «quedaran cinco o quince años de vida».
Determinar mi vida también significó tomar el control de mi historia, y elegí ser muy abierto acerca de vivir con VIH. Estar al margen del VIH puede presentar desafíos. Muchas personas todavía reaccionan por miedo e ignorancia. Pero los beneficios de estar fuera del clóset con respecto a mi estado de VIH, superan con creces los beneficios de mantenerlo en secreto. Pasé demasiados años en el armario sobre mi sexualidad y eso fue doloroso, y sabía que era un lugar al que no quería volver nunca.
Cada persona tiene su propia relación con el VIH, y es una decisión muy personal para decidir si ser abierto sobre tu estado positivo o no. Pero independientemente de lo abierto que sea alguien, debemos recordar constantemente a las personas que el VIH no es nada de qué avergonzarse. Demasiadas personas dan positivo y se sienten inmediatamente culpables o avergonzados. El VIH es un virus que las personas contraen, y no porque hicieron algo mal o sean personas malas.
Hablar abiertamente sobre el VIH es una demostración de que no hay nada de qué avergonzarse. Las historias de las personas que viven con VIH no son historias que deban provocar miedo , sino que son ejemplos de las diversas vidas que podemos vivir y las diversas opciones disponibles para alguien si obtiene un resultado positivo. Cuanto más compartamos nuestras experiencias con el VIH, más podremos expandir la narrativa moderna de vivir con el VIH.
El panorama del VIH ha cambiado radicalmente, y para algunos puede ser difícil saber qué significa todo esto. «Indetectabilidad» significa que las personas que viven con el VIH pueden vivir vidas largas y saludables, y ser indetectable significa que es imposible transmitir el virus. PrEP es la píldora diaria de prevención del VIH que es altamente efectiva y permite que los hombres gay tomar el control de su salud sexual. Además de eso, hay muchas otras nuevas opciones de prevención y tratamiento en las que se está trabajando y que ya vienen en camino que cambiarán aún más la forma en la que vemos la epidemia.
El mundo está cambiando rápidamente, pero la única constante en los últimos 30 años ha sido la prueba del VIH y lo importante que es conocer tu estado. El conocimiento de tu estado de VIH no es solo un reflejo o un ritual; es poder. Es el poder de combatir el miedo y la vergüenza, y es una pieza vital de información que te ayuda a saber quién eres cuando tomas medidas en torno a tu salud.